domingo, 17 de marzo de 2013

Stand by

                                                                                                                                         Jean-François Jonvelle


Me doy cuenta que nos estamos permitiendo poner en stand by nuestra vida, que la estamos viviendo en un compás de espera. Por mucho que me parezca impensable con las evidencias que nos inundan, lo cierto es que en porcentajes que no me atrevo a adivinar hay mucha, mucha, mucha gente que espera.

Quien espera que sea la empresa quien decida su plan de carrera
Quien espera a ver qué hacen los demás
Quien espera que le solucionen las cosas los demás
Quien espera que trabajen por él los demás
Quien espera a que le echen
Quien espera hasta que sea más fácil
Quien espera a decidir “hasta ver si las cosas empiezan a mejorar”
Quien espera que la queja y el victimismo tengan sexo y nazcan hermosos puestos de trabajo
Quien espera una recuperación de la economía
Quien espera que el próximo Gobierno sea mejor
Quien espera que le toque la lotería
Quien espera que le hagan un favor
Quien espera una buena noticia en el Telediario
Quien espera que un amigo le consiga un trabajo
Quien espera que Infojobs le consiga un trabajo
Quien espera que un trabajo llame a su puerta
Quien espera que sea Scarlett Johansson quien llame a su puerta

Y aunque no me atrevo a adivinar cuánta gente está en compás de espera, sé que son muchísimos. Hordas. Lo que sí me atrevo a adivinar es cuánta gente se reconoce en una de las frases anteriores: ninguno. Bueno, casi ninguno. De nuestra boca salen las palabras: “las cosas han cambiado”. Pero nosotros seguimos igual, porque en nuestra cabeza no dejamos que cale la realidad. Seguimos viendo las cosas como queremos, seguimos esperando. Seguimos aferraditos a la realidad que queremos que sea – a la que nos conviene que sea: la de que esto va a mejorar y volveremos a la situación anterior. Pero es que la situación anterior, la que molaba, no era sostenible.
Es que tenemos que aceptar y afrontar la realidad. Tenemos que entender que a la buena gente de este país le toca currárselo y buscarse la vida. Y que encima hay que hacerlo rápido, con decisión, fuerza y coraje.

María Luisa Moreno Cobián

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