sábado, 27 de abril de 2013

El reverso de la utopía


El reverso de la utopía

Vivimos en un universo frío, la calidez seductora, la pasión de un mundo encantado es sustituida por el éxtasis de las imágenes, por la pornografía de la información, por la frialdad obscena de un mundo desencantado. Ya no por el drama de la alienación, sino por la hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba con toda mirada o, como dirá Baudrillard, con toda imagen y, por cierto, con todo reconocimiento.

El desafío de la diferencia, que constituye al sujeto especularmente, siempre a partir de un otro que nos seduce o al que seducimos, al que miramos y por el que somos vistos, hace que el solitario voyeur ocupe el lugar del antiguo seductor apasionado. Somos, en este sentido, ser para otros y no sólo por la teatralidad propia de la vida social, sino porque la mirada del otro nos constituye, en ella y por ella nos reconocemos. La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que me objetiva, que me convierte en espectáculo. Ante él estoy en escena, experimentando las tortuosas exigencias de la teatralidad de la vida social. Lo característico de la frivolidad es la ausencia de esencia, de peso, de centralidad en toda la realidad, y por tanto, la reducción de todo lo real a mera apariencia.

El éxito de la identidad prefabricada radica en que cada uno la diseña de acuerdo con lo que previsiblemente triunfa –los valores en alza. La moda, pues, no es sino un diseño utilitarista de la propia personalidad, sin profundidad, una especie de ingenuidad publicitaria en la cual cada uno se convierte en empresario de su propia apariencia.

Dr. Adolfo Vásquez Rocca



viernes, 26 de abril de 2013

Esa soledad

                  Bertram Bahner

“Uno necesita estar solo muchas veces en la vida. Y estar solo puede no ser estar solo en el sentido estricto de “estar solo”; porque como vos decías con mucha razón: uno muchas veces puede estar acompañado por las voces de la tierra, por las voces de la noche, por las voces de su propia memoria que te acompañan aunque no quieras. Uno nunca está de veras solo. Pero digamos que dentro de lo que sería esa soledad relativa, elegir la soledad es un derecho humano fundamental, el derecho de estar solo a veces y eso está perfectamente bien.”

Eduardo Galeano



miércoles, 17 de abril de 2013

Estrategias de manipulación mediática


1- La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja con los otros animales (cita del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2- Crear problemas, después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana o planear y ejecutar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3- La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. De esa manera condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (como el neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4- La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se pretenda engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad.

6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional y por ende al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones o inducir comportamientos.

7- Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que el nivel de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores.

8- Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover en el público la idea de que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

9- Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autoinvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!

10- Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el que los individuos tienen y ejercen sobre sí mismos.

Noam Chomsky



sábado, 13 de abril de 2013

Personas víricas que consumen energía


Llegan, nos contagian sus emociones negativas y nos dejan sin fuerzas.

Defenderse y protegerse de este tipo de personas es una obligación.

Parar los pies a los víricos victimistas no es abandonarles sino invitarles a tomar las riendas

Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”. Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.
¿Quiénes son las personas víricas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.

El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.

Víricos pasivos. En esta categoría incluyo a los victimistas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo. Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte. Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no les presta la atención de la que se creen merecedores. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.

Víricos caraduras. Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional. Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.

Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas. No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica. Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.

Víricos con mala idea. Manténgalos bien lejos. Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención. Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.

Víricos psicópatas. Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.

                                                                                                                     Tommy Ingberg

Mecanismos de defensa. Para evitar el contagio de los víricos victimistas, lo primero que hay que hacer es pararles. Decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogan sus penas sin implicarse. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar porque optan por el camino fácil: llorar.

Dígale que estará encantado de ayudarle siempre y cuando se movilice. Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser un parásito toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe. Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda. Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones. La primera opción consume y resta, y la segunda suma.

Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Si usted no hace prevalecer sus necesidades y prioridades, ellos tampoco lo harán. Una cosa es ser solidario y otra muy distinta estar a disposición de todos y no estar nunca para uno mismo.



No permita que la persona vírica criticona haga juicios de otras personas que no estén presentes. Si lo hace con otros, también lo hará cuando usted no esté presente. No entre en su juego ni se identifique con esa conducta. Dígale que no le gusta hablar de personas que no están presentes. Y si se trata de rumores, dígale que no tiene la certeza de que el rumor sea cierto. Los rumores, la mayoría de las veces, son infundados, falsos o exagerados. Se propagan como el viento, y a pesar de que luego se compruebe que son falsos, el daño ya está hecho. Actúe como le gustaría que lo hicieran, con respeto, discreción y veracidad. Es más importante ser ético que evitar un conflicto con un criticón.


Tommy Ingberg


Y por último, no permita que nadie le falte al respeto y mucho menos le maltrate ni psicológica ni físicamente. Como personas, todos merecemos un trato digno. Hágase valer. Pida ayuda, póngase en su sitio, no consienta una segunda oportunidad a quien le ha hecho daño. El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas. Nada, absolutamente nada, autoriza la falta de respeto y el maltrato físico y psicológico. Y esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos.



Rodéese de personas de bien, que le quieran y que se lo demuestren, que le hagan feliz, con las que salga con las pilas recargadas. Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar. Hay mucha gente dispuesta a ello. No las deje escapar. Las personas estamos para ayudarnos, somos un equipo.


Patricia Ramírez


martes, 9 de abril de 2013

Bob Esponja, 4 lecciones de liderazgo



¿Quién no conoce a Bob Esponja? Bob es el protagonista de una serie de dibujos animados que entusiasma a nuestros hijos pequeños. Bob es una esponja marina que vive debajo del mar en la ciudad de Fondo de Bikini. Bob es todo energía y optimismo. 
Trabaja en El Crustáceo cascarudo (Krusty Krab) friendo hamburguesas bajo las órdenes del tacaño jefe Don Cangrejo y con un compañero de trabajo muy cascarrabias y amargado, Calamardo.
Cuando sale del trabajo, practica sus hobbies preferidos: karate con su amiga Arenita - una ardilla buceadora - y cazar medusas y hacer burbujas de jabón con su mejor amigo Patricio - una estrella de mar.
De tanto en tanto, aparece en escena el malo de la serie, Plancton. Siempre está tratando de robar la receta de los "cangreburgers" engañando y liando a Bob Esponja para conseguirlo.
¿Os suenan algunos de estos roles en vuestras empresas? ...

Bob Esponja nos enseña 4 lecciones para un buen liderazgo:

  1. Optimismo: Bob Esponja siempre ve lo mejor de cada situación, por muy adversa que sea. Su diferente forma de pensar da lugar a su propia realidad. Como sólo ve lo mejor de los demás y de las situaciones, encuentra lo mejor. Mantén una actitud positiva.
  2. Reconocimiento: Bob Esponja valora a la gente. Sabe lo que es la verdadera amistad. Quiere a sus amigos, a sus compañeros, a sus jefes. Establece relaciones robustas porque para él, el respeto y el servicio a los demás son muy importantes. Se generoso en el reconocimiento. 
  3. Autenticidad: Bob Esponja es genuino. ¿Cuántos de nosotros tenemos miedo a ser nosotros mismos? El miedo nos hace renunciar a nuestros sueños. El miedo nos hace seguir al rebaño, como corderitos. Se asertivo, gestiona conflictos, crea puentes, llega a acuerdos mutuamente satisfactorios. 
  4. Sentido del humor: Bob Esponja siempre ríe y se divierte. Ríete de ti mismo, ríete con los demás. Corre hacia tus metas, sube la montaña pero pásatelo bien en el camino de la ascensión. Celebra cada paso, cada meta. Alégrate y contagia tu alegría. Crea un buen clima.
Ignasi Martín

jueves, 4 de abril de 2013

Pirámide de Maslow


Maslow definió en su pirámide las necesidades básicas del individuo de una manera jerárquica, colocando las necesidades más básicas o simples en la base de la pirámide y las más relevantes o fundamentales en la cima de la pirámide, a medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un nivel superior o mejor. En la última fase se encuentra con la «autorrealización» que no es más que un nivel de plena felicidad o armonía.



Características generales de la teoría de Maslow

Sólo las necesidades no satisfechas influyen en el comportamiento de todas las personas, pues la necesidad satisfecha no genera comportamiento alguno.
Las necesidades fisiológicas nacen con la persona, el resto de las necesidades surgen con el transcurso del tiempo.
A medida que la persona logra controlar sus necesidades básicas aparecen gradualmente necesidades de orden superior; no todos los individuos sienten necesidades de autorrealización, debido a que es una conquista individual.
Las necesidades más elevadas no surgen en la medida en que las más bajas van siendo satisfechas. Pueden ser concomitantes pero las básicas predominarán sobre las superiores.
Las necesidades básicas requieren para su satisfacción un ciclo motivador relativamente corto, en contraposición, las necesidades superiores requieren de un ciclo más largo.


Metanecesidades y metapatologías

Maslow también aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las necesidades impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización, justicia y orden, simplicidad, riqueza ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de lo significativo.

Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es complementaria y tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los disgustos, la depresión, la invalidez emocional y la alienación.

Via wikipedia


lunes, 1 de abril de 2013

Palabras para Julia



Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.


Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

José Agustín Goytisolo